Performance delegada: subcontratar la autenticidad - Claire Bishop

Una de las manifestaciones más evidentes del “giro social” del arte contemporáneo desde los noventa ha sido que los artistas prescindieran de llevar a cabo sus propias performances (como sucedía mayormente entre los sesenta y los ochenta, también en el body art) y para ocupar su lugar contrataran a no profesionales. Si en el momento de su auge la performance valoraba la inmediatez y la presencia en vivo por medio del cuerpo mismo de los artistas, en la década actual el valor ya no suele asociarse al performer individual sino al cuerpo colectivo de un cierto grupo social. Llamaré a esta tendencia “delegación” o “subcontratación”: el acto de contratar a no profesionales o a especialistas, remunerados o no, para asumir la tarea de estar presentes y ejecutar acciones en nombre del artista en un tiempo y un espacio particulares. A continuación analizaré tres variantes de esta tendencia, aunque seguramente existen otras .

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